La afición del Atlético está empezando a cansarse del estilo de juego que propone cada partido Javier Aguirre. El equipo se está convirtiendo en una escuadra sin ideas que se limita a cerrarse en el medio campo para poder salir al contrataque. Al vasco Aguirre se le están empezando a acbar las excusas y su continuidad ya no está tan vista por los aficionados atléticos. El pasado domingo fue el más claro reflejo del carácter conservador del entrenador mejicano. El Atlético de Mdrid llegaba al Sadar para jugar contra Osasuna, el último clasificado de la competición. Volvía el Kun Agüero a la alineación, tras quedarse más de 7o minutos en el banquillo en el partido frente al Liverpool, pero a su alrededor se volvió a edificar un equipo gris, conservador al máximo y sin apenas capacidad ofensiva.
La entrada del delantero argentino supuso la misteriosa desaparición de Forlán que se quedó en el banquillo. Las sensaciones que dejó el equipo en Anfield fueron de un equipo simplón, muy echado hacia atrás. Pero las que dejó el domingo en Pamplona fueron preocupantes. Apenas tres llegadas al área de los rojillos que apenas tuvieron problemas para detener al Atlético que incluso vio como Coupet paró un penalti.
El malestar de la afición se a visto incrementado con la paupérrima actuación frente a Osasuna. El Atlético naufragó en el campo del colista de la competición y se han encedido las alarmas en un equipo entrenador por una persona que parece no llevarse bien, la pregunta es si lo ha hecho alguna vez, con el fútbol de ataque.
